lunes, 29 de julio de 2013

Carta de amor

¡Hola a todos!

Una vez más vengo a hacer una nueva entrada. En esta oportunidad quiero compartir con ustedes una carta que he escrito para un concurso. Como ya se dieron a conocer los ganadores y seleccionados, y la mía no ha estado entre ellas (todo bien, jeje) quería compartirla aquí.

La presenté en el Festival de Romantica Buenos Aires y si quieren saber los resultados del concurso, hagan click aquí, podrán leer las tres ganadoras también.

La que yo hice hace referencia a una novela que estoy escribiendo. Espero que la disfruten. 

Besos y acriños, Mimi.


Destino



Aquí me encuentro, sentada sobre esta piedra que cubre un espacio en este inmenso verde que me rodea. Tengo entre mis manos las hojas que voy llenando con mis palabras, las que me cuestan plasmar, porque aunque solo tenga que escribirlas, siento que el nudo que se me forma en la garganta y que no me deja hablar, impide también que mi mano deslice la lapicera sobre las mismas para darles vida.
Vida. Qué ilógica me suena cuando yo la tengo y vos no.
¿Por qué me dejaste? ¿Por qué te fuiste de mi lado? No dejo de preguntarme las razones de ello y termino derrumbándome una vez más, sintiendo que soy egoísta por pensarlo. No fuiste vos quien lo eligió, no he sido yo quien lo dispuso.
Me enojo con el destino que te puso en mi camino, que hizo que te amara con la ilusión del primer amor, del único amor. Sí, quiero que seas el único, y me resisto a abrir la puerta cuando en mi andar alguien llama a ella. Lo ignoro, le soy indiferente, pero mi cuerpo vibra cuando está cerca. Siento que te traiciono, que me lo hago a mí misma. No quiero dejarte de amar. No quiero amarlo, y en contra de mi voluntad, lo hago.
Vuelvo a enfadarme con el destino. Es cruel e injusto. Pero… ¿Realmente lo es? No dejo de pensar en ello. Te ha puesto a mi lado de tal forma que he vivido el más mágico de los sueños que cualquier mujer romántica como yo podría pedir. Y cuando te ha alejado, sintiendo que yo también dejaba de existir, limpió las malezas en mi camino y me brindó una nueva oportunidad.
¿Cómo dejo de amarte, si no es posible que lo haga?
¿Cómo hago para no amarlo, si ya se adueñó de mi corazón?
Aquí me encuentro, sentada donde descansas, donde yaces por la eternidad,  dibujando palabras sobre estos papeles mientras se mezclan con las lágrimas que bajan por mis mejillas, intentando expresar lo que mi corazón grita.
No te olvido, jamás podré hacerlo.
Mi vida continúa y sé que debo ser parte de ella. Quiero aferrarme a tu recuerdo, pero no me dejas. Y comprendo.
Ya no estás a mi lado, ya no es tu mano la que toma la mía.
Aquí guardaré tu amor, el que me hizo vibrar, el que me hizo sentir, el que me hizo soñar. Aquí lo dejo junto al tuyo. Por siempre. Para siempre.

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